La continuidad de los negocios, independientemente el sector de industria, siempre se ha visto expuesta a la baja a razón de diversos riesgos operacionales como de mercado. Sin embargo, este último supone el de mayor preocupación, por lo que la conversión de la administración de riesgos a una ventaja competitiva se torna cada más imprescindible para la subsistencia de los negocios. Principalmente de la pequeña empresa.
A pesar de las constantes crisis en que la economía global se ha visto sumergida, las compañías tienden a subestimar la magnitud de las complicaciones de las contracciones del ciclo. Continúan siendo muchos los negocios en los cuales la integración de medidas preventivas, preparación y respuesta a los riesgos no es una prioridad. Una conducta que se observa con mayor frecuencia en la pequeña empresa, donde a la administración del riesgo no se le otorga la importancia que se observa en la mediana y grande empresa.
Según análisis de más de 5,000 firmas en América, en las últimas cinco crisis, el promedio de los negocios reportó una baja del 1% de sus ingresos, comparado con 8% de crecimiento anual en tres períodos anteriores.
Para los consultores y estrategas, esta inclinación está ligada a la idea errónea de que un negocio por ser pequeño en cuanto a valor de mercado y actividad, no está expuesto a la baja a la que están expuestos los de mayor envergadura.
Según los informes de desempeño, la pequeña empresa reporta el mayor fracaso empresarial en época de desaceleración. Lo cual concuerda con la reacción de las compañías en el ámbito global frente a contracciones económicas (BCG encuesta 439 compañías globales).
Frente a las adversidades que puedan suponer las limitaciones al desempeño económico, también se debe de considerar cómo tomar ventaja.
Fuente: laestrella.com.pa